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JUAN PABLO MONTOYA

 

En Rosales, el remedio fue peor que la enfermedad en cuanto a la movilidad

 

El  miércoles 18 de febrero, más de 100 habitantes del barrio Rosales se dieron cita en la Avenida Circunvalar con calle 72, con el objetivo de protestar por el cierre del retorno que utilizaban a diario y exigir ser escuchados por la Secretaría de Movilidad. La protesta se repitió al día siguiente.

 

En numerosas ocasiones, los habitantes han solicitado que el distrito reabra el retorno que durante más de 30 años ha existido, pues desde que lo cerraron los problemas de movilidad han empeorado en la zona; el constante pito de los carros perturba la tranquilidad de los residentes y el tiempo diario de viaje se ha incrementado hasta en una hora. Uno de los residentes del barrio, afirma que desde que se cerró el retorno, le ha tocado levantar a su hijo a las 4:30 AM, pues la ruta del colegio donde estudia adelantó los horarios de recogida por el aumento en congestión vehicular de la zona.

 

La Secretaría aduce que la razón del cierre está sustentada en la alta accidentalidad en esa intersección, argumento que no comparen quienes residen hace décadas en el sector. Por otro lado, un reciente estudio de movilidad realizado por el DNP reveló que los bogotanos pasan 20 días al año en  trancones, cifra que disminuye considerablemente la calidad de vida y afecta el bienestar de los capitalinos. Esperemos que la Secretaría pueda dar una pronta solución, que permita mejorar la seguridad vial, proteja la vida, pero también agilice el flujo vehiculas. Mientras tanto, los habitantes seguirán haciéndose escuchar y buscando soluciones a esta terrible situación que los afecta.

 

 

JUAN PABLO MONTOYA

 

Bicicletas en Chapinero

 

¿Se imagina usted ir desde el centro financiero de la calle 70 hasta el parque de la 93 en hora pico y en tan solo 15 minutos? Lo anterior suena utópico para los capitalinos, sin embargo puede convertirse en realidad si aprovechamos las ventajas de la bicicleta como medio de transporte.

 

A pesar de las grandes ventajas que ofrece la bicicleta, en Bogotá tan solo 350.000 optan por utilizarla como medio de transporte, en parte tal vez por la falta de apoyo por parte del gobierno y sumado a la percepción de inseguridad e irrespeto al ciclista por parte de los automóviles.

 

Por otra parte, chapinero que cuenta con una población flotante de más de 500.000 habitantes, es un sector con grandes problemas de movilidad. Sería interesante promover e implementar iniciativas como un  sistema de alquiler de bicicletas, la ampliación de las ciclo rutas, talleres públicos de mantenimiento,  así como garantizar el parqueo seguro para los ciclistas.

 

Estamos lejos de ciudades como Amsterdam y  Copenhague donde casi la mitad de viajes urbanos sucede sobre dos ruedas y donde el estado tiene tanto interés de promover el uso de la bicicleta que tiene la meta de incrementar 8% anual el uso de este medio de transporte. Sin embargo, estoy seguro que la ciudadanía debe comenzar a ver la bicicleta como una solución a los problemas de movilidad, salud y ambientales que aquejan la ciudad, para que de esta manera se logre llamar la atención del gobierno y soñar con que Bogotá haga parte de las ciudades mas amigables con la bicicleta alrededor del mundo.

 

 

Promover el uso de la bicicleta, ¿Para qué?

 

La movilidad de Bogotá se ha convertido en un problema incontrolable. Durante los últimos años los Alcaldes que ha tenido la ciudad han intentado combatirlo de cientos de maneras diferentes. Cambios en los horarios pico y placa, implementación de diferentes precios de pasajes de Transmilenio y restricciones a la cantidad de pasajeros que circulan en un carro, son solo algunas de las propuestas hechas para aliviar la caótica situación de las vías de la ciudad. Los esfuerzos han sido inmensos pero, para los bogotanos, la situación es cada vez más trágica. Es evidente el inconformismo de los ciudadanos con los interminables trancones, la excesiva cantidad de personas en los buses de Transmilenio y los crecientes costos de alternativas de transporte como los taxis.

 

Durante los últimos años se ha sentido con más fuerza la promoción de medios de transporte ecológicos. A diario, vemos en los medios de comunicación y en las redes sociales campañas publicitarias invitando a los bogotanos a utilizar de manera más seguida sus bicicletas. Estas campañas enuncian un sinfín de beneficios que trae consigo el uso de este medio de transporte: tiene un bajo costo, nunca hay trancones, es bueno para la salud, ayuda al cuidado del medio ambiente, etc. En los últimos meses se ha presentado una tendencia creciente de la cantidad de bogotanos que usan su bicicleta para transportarse a sus lugares de trabajo o estudio. Sin embargo, surge una pregunta trascendental: ¿Está Bogotá preparada para recibir en sus ciclorutas la cantidad suficiente de personas como para descongestionar las calles?

 

La localidad de Chapinero cuenta algunas con las ciclorutas más transitadas de Bogotá. Todos los días, cientos de personas atraviesan la ciudad por las tradicionales vías de la Carrera 11 y la Carrera 13. En estas zonas de la localidad, abundan los vendedores ambulantes y los peatones. Estos, ocupan el espacio público de las aceras e incluso la zona destinada para el tránsito de las bicicletas. Las personas no respetan las ciclorutas ya que no existe esta cultura en la ciudadanía. Sin embargo, a los peatones no les queda otra opción puesto que la zona destinada para caminar se encuentra ocupada por vendedores de productos como bufandas, libros, gafas, entre otros. Esta situación es muy complicada, a menudo ocurren accidentes que entorpecen aún más la circulación de las bicicletas. Es en este punto en el que que surge la problemática principal, la cual prefiero dejar en forma de interrogante. Si bien es cierto que el uso de la bicicleta como medio de transporte alternativo reduce el nivel de contaminación y permite a los ciudadanos ahorrarse trancones ¿Tiene sentido promover el uso de la bicicleta si las ciclorutas no están completamente adecuadas, ni son respetadas por los peatones?

DANIEL BENÍTEZ FLÓREZ

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